Invitaciones de boda DIY

Bienvenido Mundo Bodas

Nunca he sido una fan incondicional de las Bodas, hasta que me pidió mano mi actual marido, por entonces novio.

Ese momento me transformó, hizo de mí una futura Novia, todo en mi cabeza eran ideas para ese gran día, tenía en mente mi boda soñada.

Los que me conocen saben hasta que punto soy exigente y mi lema de si lo quieres a tu manera, mejor lo haces tú mismo. En este punto es dónde descubrí el maravilloso mundo handmade, puntillas, colores e infinidad de flores maravillosas que harían que ese día fuera perfecto.

Vivimos en Barcelona, nuestras familias viven en Cádiz y Peñíscola, lugar donde decidimos celebrar nuestro día B.

Dividimos el trabajo para que todo fuera más sencillo, él se encargaba de los trámites administrativos (que me aburren) y yo del resto. Así que, como hicimos muchos DIY para la boda, empezaré por las invitaciones.

Los elementos:

– papel kraft

– sellos

– encaje

– cuerda

– tiempo

Quería algo sencillo, la boda era íntima, nada de formalismos, así que una invitación sencilla con esos tres elementos me pareció buena idea.

Mi tienda favorita para conseguir la invitación soñada fue Konema en Barcelona. Tienen todo el papel del mundo y Yolanda, que es un encanto, me ayudó muchísimo en la decisión final. Encargamos toda la papelería de la boda, ya teníamos lo principal, la tarjeta.

El segundo paso fue encontrar el encaje, me costó tiempo y mercerías hasta dar con el idóneo, lo encontraron mi hermana y madre en Vinaróz, era para confeccionar ligas, así que venía con goma, gracias a que tengo una iaia con mucha paciencia y sacó la goma de los metros que compré de encaje y creedme cuando os digo que eran muchos.

Por último, mi suegra nos envió la cuerda, así todo el mundo participaba en los preparativos.

Fueron unas cuantas tardes, de cortar encaje, cuerda, pegar y anudar, nuestros dedos sufrieron las secuelas, pero para mí el resultado era tal como las imaginé. Mi madre fue la encargada junto a mí de pasar esas tardes montando invitaciones, escribiendo y sellando cada sobre.

Lo mejor de todo fue darlas en mano, una de las mejores experiencias, si podéis vivir ese momento mágico, son recuerdos inolvidables ver las caras y los comentarios bonitos del esfuerzo de personalizar cada detalle.

Juzgad vosotros mismos el resultado final. He de reconocer que invertimos tiempo pero el ahorro supuso más del 50% de los presupuestos iniciales, así que teníamos más dinero para invertir en cositas chulas que más adelante os enseñaré.

¿Qué os parece el resultado?

¡Feliz inicio de semana!